martes, 7 de marzo de 2017

¿Quién ayuda a desenterrar la Alcalá del Cerro del Viso?

En la meseta que corona el cerro de San Juan del Viso. o del Zulema, se esconden los orígenes de Alcalá de Henares. Allí, según una de las muchas leyendas que tanto han arraigado en ese paraje, fundaron unos hoplitas que llegaron huyendo de la guerra de Troya la mítica Iplacea; luego los carpetanos construyeron un castro y por último los romanos crearon un primer asentamiento del que se tenía noticia hace algunas décadas pero del que apenas se poseían datos fiables. Una concienzuda investigación reveló hace pocos años la traza de esta primera Complutum, una ciudad en toda regla.

Aspecto de la parte de la meseta que remata el Cerro del Viso donde se asienta la ciudad (extraída de primitivacomplutum.com)
La arqueóloga alcalaína Sandra Azcárraga no podía imaginar que la recta final de los trabajos para su tesis doctoral, consagrada al paso de la Edad del Hierro al mundo romano en nuestra comarca y a los que dedicó más de cinco años (fue publicada en 2015), le reservaba la mayor sorpresa de su aún incipiente carrera. Analizando al detalle unas fotografías del Cerro el Viso realizadas por el satélite comenzó a descubrir  en los campos de cereal crecido los contornos y las hechuras de estancias, edificios y calles que sólo podía corresponder a la primera ciudad romana de la vega del Henares y de la Comunidad de Madrid, la ‘Complutum vieja’, fundada hace más de 2.000 años. Ante sus ojos se fueron  dibujando los contornos de una ciudad del periodo republicano, que en la historia de Roma abarca del siglo VI al I a.C.; la primera evidencia de la Alcalá más antigua que se conoce.

En el otoño de 2011, en el marco de un congreso sobre arqueología madrileña celebrado en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá, Azcárraga informó de su hallazgo, con una entusiasta acogida por parte de la comunidad científica. La Dirección General de Patrimonio Histórico quedó entonces en valorar el proyecto de exploración sobre el terreno de la ‘Complutum de arriba’, que elaboró Azcárraga junto a dos colegas, Arturo Ruiz-Taboada y Germán Rodríguez Martín. Pero apenas se han producido avances hasta ahora, lo que ha impulsado a Azcárraga y sus compañeros a buscar ayudas y mecenas para proseguir las investigaciones a través de una completa web: www.primitivacomplutum.org.

Traza de la ciudad, a partir de las imágenes del satélite (primitivacomplutum.org)
No será, en cualquier caso, una tarea fácil. Aparte de las trabas administrativas que presenta el acceso al terreno, en el término municipal de Villalbilla y propiedad de un particular, la urbe enterrada en la planicie que remata el cerro es mucho mayor de lo imaginado. Según los primeros cálculos, pudo tener más de un kilómetro de largo y más de 300 metros de ancho, con origen en un campamento romano cuyo contorno también se ha identificado, vecino del primitivo casto carpetano. A lo largo del terreno se han podido apreciar las siluetas de casas, de un posible teatro y de un templo, entre otras construcciones; todo asentado a partir de la equilibrada traza urbana en forma de cuadrícula típica de la civilización romana.

Se trata, en fin, de una de las ciudades romanas más antiguas del centro de España, pues se gestó durante el siglo I a.C. Al siglo siguiente, ya en nuestra era, la Complutum de arriba comenzó a trasladarse a la vega para estar más próxima al río, a los campos de cultivo y a las vías de comunicación. Y el traslado incluyó el de las piedras y todo lo que pudiera servir como material constructivo en la nueva Complutum. De ahí que apenas hayan quedado edificaciones en pie en el cerro, aparte del expolio posterior. Pero el ‘esqueleto’ de la ciudad sigue allí en lo alto, esperando a los expertos, bajo el manto protector de la tierra. De momento.

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