Y es que, con motivo del inicio de los fastos del quinto centenario de la muerte de todopoderoso cardenal Cisneros, el mejor alcalde de Alcalá de Henares y el único que hasta la fecha ha hecho realidad la Complutopía, se ha decidido hurgar en su sepultura y extraer sus despojos para, según el argumentario oficial, hacer más visible su presencia en la Catedral Magistral alcalaína con un nicho de lujo.
Se da ahora así la paradoja, o más bien el disparate, de que don Francisco está ahora repartido entre un rincón de la girola y el subsuelo del altar, pues no se ha consentido en trasladarlo al completo y abandonar esa posición de preferencia en el templo.
Detalle del sepulcro del cardenal en la Capilla de San Ildefonso (foto: Diócesis de Alcalá)
Mientras tanto, su suntuoso mausoleo continúa presidiendo la capilla de San Ildefonso, el corazón de su criatura más querida y el lugar donde quiso dormir su sueño eterno. El maestro y cronista de Alcalá, Vicente Sánchez Moltó, ha contado con detalle esa centenaria controversia en un artículo para una publicación digital local.
Y a todo esto, las Santas Formas siguen sin aparecer.
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